Obra pictórica
C. 1935 -1940: Con sus composiciones con cilindros y esferas Lisa se iniciaría en la abstracción. En otras pinturas dinamiza la superficie del cuadro con un doble juego de texturas: pinceladas largas que animan las formas geométricas planas y manchas puntuales que dispersan e irradian la luz. Estas pinturas están enmarcadas por una pincelada perimetral que separa la imagen del soporte sin pintar.
C. 1941 – 1945: Lisa deja a un lado los vestigios constructivistas anteriores. Los planos son perturbados por puntos, líneas y estrellas trazados con generosas pinceladas. Con esta síntesis entre lo geométrico y lo orgánico, la razón y la emoción, el artista se anticipa al informalismo europeo y al expresionismo abstracto de Jackson Pollock.
1946 – 1953: Lisa abandona el placer hedonista de los empastes y recurre a soportes más frágiles, papeles de desecho y hojas impresas sobre las cuales aplica el óleo en capas ligeras, casi impersonales; la contención prima sobre el gesto libre. En 1953 experimenta con cartones donde ahora el control da lugar a gestos inesperados, casi violentos y un colorido renovado.